También llamada dieta crudivegana, consiste en preferir alimentos veganos crudos, es decir, en su estado natural, sin cocinarlos. Dentro de los alimentos más consumidos en éste tipo de dieta están frutas, raíces, hortalizas, semillas, frutos secos, algunas algas y germinados, aceites prensados en frío, alimentos deshidratados pasados a no más de 42ºC para evitar mayor oxidación y perdida de nutrientes.
¿Cuál es su objetivo?
Adquirir más nutrientes de los alimentos evitando su cocción.
¿Tiene algún fundamento científico?
En realidad, no hay muchos estudios que hablen sobre las bondades de este cambio en la alimentación vegana, y esto puede explicarse por su elevado costo y las complicaciones que puede acarrear. Sin embargo, la poca evidencia científica que existe no es muy fiable, ya que son estudios con muestras poblacionales muy pequeñas, que demuestran resultados favorables respecto a:
- Pérdida de peso: claramente por el bajo aporte de calorías.
- Saciedad: por su alto aporte de fibra.
- Mejoría en enfermedades reumatoideas: por bajo aporte de proteína.
Y así, más conclusiones que sólo nos conduce a la importancia de incluir vegetales en nuestra dieta pero que claramente no podrá ser sostenible sin encontrar un equilibrio en todos los macronutrientes esenciales para el bienestar del cuerpo humano.
Como lo hablamos anteriormente, el objetivo de esta dieta es conservar las propiedades de todos los alimentos sin procesarlos de ninguna forma, pues al cocinarlos suelen reducir su tamaño y perder propiedades que benefician al organismo. Ahora bien, hablemos un poco de las ventajas y desventajas que podemos encontrar en esto:
Los defensores de la dieta cruda aseguran que sentirás mayor energía, mejorará tu digestión, mejorarás tu salud cardíaca y perderás peso pero lo cierto es que debe intentarse gradualmente, para evitar la carencia de nutrientes.
La dieta Raw food es una buena forma de asegurarnos las 5 porciones de frutas y verduras diarias, con todas sus vitaminas, minerales y fibra, pero no podemos olvidar que hay algunos nutrientes, como el licopeno del tomate que aumentan su potencial con la cocción. El licopeno es el encargado de funciones importantes como disminuir la presión arterial y el colesterol alto.
Dado que este tipo de alimentación contempla alimentos solamente crudos, será muy importante evaluar los métodos de conservación de estos; pues podríamos estar más expuestos a enfermedades transmitidas por contaminación alimentaria.
Si tienes algún problema digestivo o tienes algún antecedente de enfermedades gastrointestinales; es mejor consultar a un nutricionista antes de pasarse a este tipo de alimentación, ya que algunas combinaciones o el exceso de alimentos crudos puede causar intolerancias o dolores estomacales.
En la actualidad consideramos que no hace falta ser 100% raw, lo mejor es visitar a un nutricionista que guié tu alimentación y tomar los puntos positivos de la Raw Food que son introducir en tu dieta mayores cantidades de alimentos orgánicos, frutas y vegetales, pero no basar toda tus comidas en ellos. En realidad, todos ya comemos algo crudo en nuestra dieta, ahora es cuestión de aumentar esta parte cada vez un poquito más, para hacer nuestro cuerpo más feliz y más sano.