El ajo es uno de los alimentos que ha estado presente en innumerables recetas para proporcionar y resaltar los sabores de muchas preparaciones en diferentes culturas y desde hace varios años, pero ese no es el único de sus beneficios. La comunidad científica ha encontrado propiedades importantes que se le atribuyen al ajo gracias a la presencia de ciertos compuestos sulfurados (alicina, alil/dialil sulfidos) que actúan con acciones benéficas como:
- Efecto antiséptico
- Antiinflamatorio
- Bactericida
- Antiviral
- antifúngico y antiparasitario intestinal.
De estudios “in vitro” ha surgido que el extracto de ajo, aún en baja concentraciones, podría ser un inhibidor de Helycobacter pylori, bacteria que interviene en el desarrollo de las úlceras gástricas y duodenales.
Asimismo, numerosos estudios epidemiológicos han mostrado que el consumo de ajo podrían disminuir el riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer. Esto estaría asociado a la protección que ejercerían algunas sustancias como el alil-sulfidos.
Por otro lado, ejercería efectos en la prevención de enfermedades cardiovasculares, a través de la reducción de los niveles de colesterol en sangre y la presión arterial y es por esta razón que no es un mito que el ajo ayude a disminuir y prevenir este tipo de complicaciones. No podemos dejar de hablar que podría tener un efecto hipoglucemiante, ayudando a prevenir la diabetes tipo II según estudios de revisión.
Finalmente disfruta de este alimento en tu alimentación diaria es un perfecto aromatizante y saborizante natural.